El viento corre despacio por estos espacios aventajados de soles, nubes, gente y voces.
Parezco encontarte en algun lugar lejos de todo y tan cerca de mi,
me asombra tu sonrisa, nerviosa, brillante, sigilosa.
Te vuelves vulnerable en cada caminata, pero que más,
en cada paso que das, me vuelves libre, irreverente, tal cual pájaro de altamar.
Las voces no se distinguen, mi piel deambula en estas sábanas que tienen tu olor,
mi pelo fracasa en ese intento de amarrarse al tuyo, esta noche no estas.
Y siento antes de articular tal evento, que mas tarde llegarás, con el sustento, con el pan para cenar,
para mantener la casa viva, fuerte, feliz.
Te he esperado tanto tiempo, que hacerlo unos minutos mas no significa nada mejor que aguardar el calor en la cama, peinar mi cabello y beber un café, para que cuando llegues esté despierta,
dispuesta a soñar nuevamente solo en tus ojos...
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